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FANZINE DIGITAL 7ta EDICIÓN

Actualizado: 14 ene 2021



Entrevista Natalia Massa


S- ¿Cómo andas, Nati? Primero, quería que te presentes y cuentes un poco cuál es tu rol en el área.


N- Soy Natalia Massa, soy geógrafa y después me especialicé en la metodología de la investigación, principalmente en todo lo que tiene que ver con la investigación territorial. Después de pasar una etapa digital de los relevamientos en territorio, me enamoré de las metodologías colectivas. Soy docente, trabajo en una universidad y en escuelas secundarias públicas, además soy investigadora en otras universidades y en la UP. Me sume el año pasado con el inicio de la UP para formar parte del equipo de investigación y en ese recorrido que empezó como un “a ver que puedo aportar acá”, me fui comprometiendo cada vez más con ese espacio hasta el día de hoy que formó parte del equipo de coordinación de la uni.

Nosotros tenemos una idea de lo que son los barrios, de cómo son las manzanas, las calles, como circulan las personas, que lo tomamos como una regla, una normalidad. Nos pareció que debíamos tener otra manera de pensar los barrios y no la que nos venía dada por defecto.


S- Vos estuviste participando de los talleres que daba la uni. El último en el que estuviste fue " HÁBITAT POPULAR CON PERSPECTIVA DE GÉNERO". ¿Queres contarnos un poco de que iba?


N- La idea del ciclo de charlas estaba orientada a difundir de qué trata el área de hábitat popular, que hacemos y sumar profesionales del ámbito académico.

Desde la organización social Barrios de Pie, siempre tuvimos algunos proyectos que trabajamos con los municipios o algunos sindicatos de cooperativas de obra. Pero de repente, esta iniciativa del Estado abrió una compuerta con un volumen y una cantidad de proyectos desde diferentes ámbitos. Nosotros lo que empezamos a pensar, de la mano del urbanismo feminista, es que la propuesta o tipología que te mandan a hacer, que venía más de la mano del urbanismo tradicional, invisibiliza muchas de las problemáticas que surgen a partir de una tipología orientada al orden capitalista y patriarcal. Es capitalista porque responde a las necesidades de la circulación de mercancías y de la mano de obras. Por eso cuando empezamos a pensar en la urbanización de los barrios populares, veíamos que eso no se modificaba. El ancho de las calles para que circulen los vehículos era del mismo ancho que en todos los lugares. En un barrio popular, una de las cosas más importantes que existen y que se conservan a diferencia de otros barrios, es la vitalidad que tienen las calles. Algo que las mejoras de infraestructura no pueden poner en riesgo.

Otra cosa para tener en cuenta es que este sistema tradicional urbano al que estamos acostumbrados, es androcéntrico. Por un lado, quienes tienen a cargo las tareas de cuidados tienen determinados recorridos, sufren de ciertas inseguridades y tienen menos autonomía que aquellas personas que tienen recorridos atados al trabajo, son mujeres. Como las ciudades están pensadas para facilitar el desplazamiento de aquellos que se mueven para ir a un trabajo, sea por vehículo privado o público, y no para quienes andan con pibxs o adultos mayores a cargo, se genera una desigualdad de género.



S- La pandemia sirvió para repensar un montón de cosas. Si hay algo que se puso sobre la mesa, es la problemática habitacional en los barrios populares, empeorada por la situación de pandemia. Contanos cómo fue que la pandemia reavivó la discusión sobre la vivienda digna. ¿Qué relevancia adquirieron las tomas de tierras durante la pandemia?


N- En primer lugar, puso sobre la mesa un problema estructural que viene arrastrando la Argentina desde hace añares, que es el problema habitacional. No es solo no tener una vivienda o un terreno donde construir una vivienda. También es tener una vivienda, pero no tener acceso a los servicios básicos. Justamente en una situación de pandemia donde los métodos preventivos para no contagiarte de Covid tiene que ver con tener acceso a los servicios básicos, deja en evidencia y visibiliza la necesidad de acceder a la tierra y a una vivienda digna. Por otro lado, lo que resaltó la pandemia y resultó novedoso es la importancia del ámbito donde nos movemos en nuestra vida cotidiana. El hecho de tener que aislarse y no poder hacer uso del espacio público implicó la suspensión del encuentro con otros. En este sentido, hacer el aislamiento del barrio completo resultó positivo. Eso dio fuerza y reivindicación a esas redes que existen dentro de los barrios, y que sostiene la vida dentro de ellos. La pandemia termina visibilizando el trabajo de las personas esenciales, quienes abren el merendero, te asisten ante una situación de violencia de género o te acompañan cuando te estás recuperando de un consumo problemático. Vino entonces a reivindicar el trabajo el trabajo de los y las compañerxs, los y las vecinas, lo cual es muy positivo. Relacionado con el hábitat, eso se da por lo general en espacios públicos, o que no son públicos ni privados. Porque cuando uno piensa en un merendero o en un centro comunitario, no es un espacio privado porque no es una vivienda, trasciende el adentro y el afuera, lo privado y lo público.


Por otro lado, la desigualdad en la distribución de la tenencia de la tierra y la facilidad del acceso de la concentración en pocas manos, no puede solucionarse de un día para el otro y sin involucrar a una gran cantidad de actores sociales. El primer actor que tiene que cambiar para revertir esta situación es el estado. Sin intención política, no hay forma de que eso suceda. Hay algunas medidas que el estado está tomando, tal vez un poco insuficiente.

Entonces, deberían poder proponer algunas alternativas que faciliten el acceso mediante unos créditos para la tenencia de la tierra. Por ejemplo, el plan PROCREAR que permite financiar el acceso a un terreno, a la construcción, o los materiales. El estado debería evaluar la posibilidad de compras comunitarias de tierras para aquellos que no lograr cumplir con los requisitos solicitados para aplicar a esos créditos.


S- ¿Cuáles serían entonces las propuestas que se pensaron y presentaron para abordar estas problemáticas?


N- Dentro del área tenemos tres líneas de trabajo que se complementan entre sí y son imprescindibles las unas con las otras. Una es la construcción de conocimiento dentro de un paradigma que nos permita construir una alternativa al hábitat tradicional, capitalista y desarrollar un hábitat popular. Entendiendo que esa construcción no puede ser estandarizada. Un proyecto de barrio popular va a ser distinto en Bunge, en Varela o en Salta. Lo que sí, deben estandarizarse los procesos, no proyectos. Tiene que haber ciertas ideas fuerzas que le den sentido a esos proyectos. A quién favorece el proyecto, si a una porción de la población o a toda la comunidad. para saber exactamente qué proyecto se conviene hacer en cada barrio, se necesita si o si la participación de los/las vecinos y vecinas.


La segunda línea de trabajo vendría a ser las metodologías para elaborar diagnósticos. Se tratan de entrevistas, asambleas, mapeos colectivos, que la gente nos saque a caminar por el barrio y nos cuente cosas. A esas recorridas les prestamos especial atención. Porque eso te dice por donde ellos circulan, por donde no, que lugares son importantes para ellos. Y esto nos permite recoger saberes que tienen los vecinos sobre el barrio.



Una tercera línea de trabajo es la capacitación y la formación en obra. Lo que tenemos hoy es una gran cantidad de obras que encarar. Lo que ocurre es que el oficio de obra, por lo general, es un trabajo masculinizado y donde no acceden las mujeres. Al mismo tiempo, la mayor parte de las organizaciones sociales están conformadas por mujeres y en la mayor parte de los barrios populares, las mujeres son las que más sufren las condiciones de pobreza y falta de empleo. Por eso, la tercera línea de trabajo se encarga de capacitar, formar y profesionalizar cuadrillas de obra 100% de mujeres o mixtas. Con esto matamos tres pájaros de un tiro, atacando la feminización de pobreza, incorporar la perspectiva de género a un trabajo tradicionalmente masculino y aprovechar el conocimiento informal que se tiene sobre la tarea, potenciándolos con la colaboración de un arquitecto o ingeniera. Darle formalidad a esos saberes para pensar y hacer el hábitat popular.





Sembrar soberanía alimentaria entre todxs


La idea de armar una huerta comunitaria nace inicialmente como forma de abastecimiento de verduras para nuestros comedores comunitarios. La experiencia comenzó a fines de noviembre en el barrio de Villa Tranquila en dónde se encuentra el comedor "Mamás de Tranquila" en la localidad de Avellaneda. Allí se lleva adelante la propuesta desde la Universidad Popular para acompañar el proceso de construcción y mantenimiento de una huerta comunitaria articulando el trabajo con Jóvenes de Pie.

Durante el 2020, atravesado por una pandemia, expuso las desigualdades de un sistema que ya estaba en crisis socioambiental.

Los incendios sucedidos en Córdoba, Chaco, San Luis y otras provincias del interior de nuestro país visibilizaron las prácticas de explotación del suelo tanto para negocios inmobiliarios como ganaderos y agrícolas que nos perjudican a todos por igual.

Otra de las discusiones que surgió a partir de esta situación es la conciencia que se tomó sobre la forma en que nos alimentamos y el origen de lo que comemos. La idea de que el campo provee a la ciudad de alimentos y que esta sea una relación definitiva también está en crisis. Hoy somos más conscientes de que las frutas, verduras, harinas y legumbres pasan por procesos en los cuales se utilizan agrotóxicos que ponen en riesgo la salud de la población, además del costo económico que también conlleva. El estar más tiempo en casa nos obligó a reflexionar acerca de cómo cuidamos nuestra salud frente al Covid-19 pero además de cómo podemos cuidar nuestro bienestar, comenzando desde los alimentos que consumimos.




El concepto de Soberanía Alimentaria” viene siendo trabajado por organizaciones del campo popular desde hace varios años, pero el actual contexto aceleró el debate. Se entiende por Soberanía Alimentaria: “el derecho de cada pueblo, comunidad y país a definir sus propias políticas agrícolas, pastoriles, laborales, de pesca, alimentarias y agrarias que sean ecológicas, sociales, económicas y culturalmente apropiadas a sus circunstancias exclusivas”.

Dicho esto, la Universidad Popular de Barrios de Pie acompaña el proceso de construcción de conocimientos de manera colectiva para ejercer este derecho. Al momento la huerta se encuentra en construcción, todas las semanas los compañerxs se juntan a remover la tierra y preparar el suelo; otrxs se encargan de juntar el material para el armado de los canteros y otrxs se encargan de hacer el registro de las actividades y búsqueda de información sobre los alimentos y hierbas a sembrar para que luego sirva de recurso para toda la organización y la comunidad.





OBRAS MÁS TRABAJO



Con el objetivo de reconstruir el país desde el trabajo, se lanzó el programa OBRAS MÁS TRABAJO, este impulsado por el gobierno nacional desde el Ministerio de Desarrollo Social, dándole un rol activo y fundamental a los movimientos sociales para asociarlos al trabajo, garantizado por el Estado.

El mismo consiste en la realización de obras de mejoramiento urbano o determinadas tareas de cuidados que sirvan para el mejoramiento de los espacios comunitarios de los barrios, como ya se está dando en distintos barrios populares, como sucede en la localidad de Gregorio de Laferrere, donde compañeras y compañeros pusieron manos a la obra para garantizar el éxito de este programa.

Diplomatura Integral de Cuidados


A través de la Diplomatura se propuso recuperar y poner en valor los conocimientos y prácticas construidas en los barrios populares: sus estrategias de cuidado, sistemas de organización, sus preguntas y formas de abordar las problemáticas de lo común. Sobre todo, generar construcciones colectivas que devengan en proyectos concretos de intervención territorial y transformación social.


La Diplomatura emergió frente a los desafíos derivados del Covid-19 y las consecuencias históricas de la crisis de globalización, frente a las cuales las estrategias de cuidado comunitario tienen un rol protagónico. Por lo cual, con la diplomatura se validaron los conocimientos y abordajes comunitarios producidos por nuestro pueblo en la realidad concreta. Al mismo tiempo estos conocimientos se pusieron en diálogo con contenidos provenientes del campo de las ciencias sociales.

Por ello se convocó a docentes, estudiantes y profesionales de todas las disciplinas a profundizar su formación. En este sentido, junto a las compañeras y compañeros del movimiento social Barrios de Pie mantenemos el ideal de seguir gestando proyectos concretos orientados en la tarea de generar políticas públicas que transformen la realidad de los sectores populares.


Acorde a ello, se realizó un recorrido formativo que incluye: una introducción teórica de los cuidados y la economía popular como categoría de análisis; un tramo orientado de acuerdo a cada área de trabajo; una aproximación a las herramientas de investigación-acción participativa y por último, la participación en el abordaje transformador y situado desde el territorio. La Diplomatura fue un éxito tanto a nivel nacional como internacional, y dejó al descubierto, una vez más, la falta de formación que existía antes de la diplomatura sobre los cuidados. Por eso, muchas autoridades del gobierno nacional y provincial fueron parte de la capacitación en la primera cohorte de la Diplomatura, que pretende ser más extensa a nivel regional articulando con otras Universidades de Latinoamérica.










Los peques con sueños de volar

Rocío Desimone

“Por la pandemia los chicos vienen y retiran la merienda para llevársela a sus casas, pero los más chicos se quedan a merendar. Tengo un patio grande entonces se quedan jugando, pasan la tarde”. “Hace dos meses que empezamos, nosotras le damos la merienda a 35 chicos”. Todos los miércoles y los viernes Vanesa y Sabrina llevan adelante el merendero “Los peques libres con sueños de volar” en Luis María Campos 2642, Bajo Boulogne. En las fiestas, el día 22 de diciembre, va a pasar Papá Noel por la mañana, pidiendo la cartita a todos los chicos. “Estamos preparando un desayuno con muffins y con Sabrina compramos unas bolsitas con caramelos y le pusimos la carita de Papá Noel. Pedimos donaciones pero no recibimos nada, así que compramos las bolsitas, los caramelos, hicimos fotocopia a color para que puedan tener una linda bolsita”. “Ese día les vamos a dar sus regalitos, cuando pase Papá Noel, y los chicos se quedarán jugando en el patio”. Los deseos de Vanesa y Sabrina para el año que viene son poder darles a todos los nenes que se acercan al comedor una mejor merienda y alguna actividad que puedan realizar durante las vacaciones: “yo tengo mucho patio y me gustaría armarles algo para que vengan y se distraigan un rato”.



Familia Unida


Cintia, la compañera del merendero “Familia Unida” comenzó a participar desde el primer momento de la pandemia, junto a siete compañerxos dividiendo las tareas. ¿Cómo atravesaron la pandemia?

A pesar de todo bien, hasta ahora no tuvimos ningún caso entre los compañerxs. En Mayo tuvimos que suspender las actividades por casos positivos entre lxs vecinxs y hasta ahora seguimos trabajando en el merendero y las ollas. En el inicio de la pandemia junto a su familia empezaron tres días a la semana con merienda y una olla los domingos, para poder seguir con todo buscaron donaciones entre las fábricas del distrito, dinero de sus bolsillos y mercadería que Barrios de Pie le brinda para poder mantener la merienda y las ollas. ¿Cómo van a pasar las fiestas con el merendero?


Hasta ahora la idea es poder compartir unos chorizos a la pomarola con las familias que vienen a buscar las viandas y hacer un brindis todos juntos.

“Deseo poder seguir adelante con el merendero, renovar el espacio para poder progresar para el año próximo. Agradecer a nuestra referenta del distrito. Hoy podemos seguir acá dando todo, donde me gusto poder participar en este movimiento, la responsabilidad y el acompañamiento que tenemos entre todxs lxs compañerxs y contenta en poder estar con el merendero “Familia Unida”



Comedor: SANTA MARTA DE PIE

Responsable: Emilce Torrez



¿Cómo pasaron la pandemia?

Bien, con preocupación, pero tranquilos a la vez.


¿Qué actividades realizaron?

Estuvimos realizando fiestas para el Día del Niño, Ollas Populares Feministas CONTRA EL ABUSO INFANTIL, y actualmente estamos planificando una fiesta sorpresa para los chicos sobre la Navidad.

Estamos de lunes a miércoles con una merienda desde la 17 hs y los viernes repartiendo comida desde las 12 hs.


¿Cómo se organizaban? ¿Quiénes participan y cómo?

Fue muy diferente este año por causa del covid pero nos fuimos organizando con familiares y vecinxs. Cada uno se dividía la tarea; el que picaba las cosas y el que cocinaba, así como el que repartía la comida o merienda.


¿Cómo van a pasar las fiestas? ¿Qué actividades van a realizar desde el merendero?

Va a ser muy raro, muy diferente, no va a ser como otras fiestas. Desde el merendero, como ya conté, vamos a realizar una fiestita para los chicos; lo único que puedo adelantar o contar es que vamos a hacer entrega golosinas para lxs niñxs.

¿Cuáles son los deseos para el año que viene?

Mi deseo para el año que viene es que a los chicos no les falte la comida; que todo esto para ellos sea algo pasajero y que puedan tener a su familia junta.









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